Nací una tarde de un domingo 16 de noviembre de 1986, en Melilla.
Algunos lectores quizás no ubiquen mi ciudad y puedan tener una idea alejada de la realidad. Me han llegado a preguntar en diferentes ocasiones si Melilla es parte de Marruecos, y si hay supermercados allí.
Con 7 años realicé mi primera mudanza con la mitad de mi familia a mi ciudad adoptiva Murcia. Aquí empezó una nueva etapa que marcaría gran parte de mi manera de enfocar el mundo y adaptarme a él.
Por suerte, un diario me acompañaba secretamente para escribir, anotar y ayudarme a ventilar mis emociones cuando me sentía desbordada, desorientada y no tenía muy claro si hablar de ello, y con quién.
Pasaron los años. Años de estudio porque “era lo que tenía que hacer”. Primaria, Secundaria, instituto y Bachiller, luego Selectividad y elegir una Carrera. Por supuesto después de estudiar y formarme trabajaría y sería una adulta funcional…
… Qué fácil parecía, qué rápido se lee aparentemente y qué duro y loco es el camino hasta llegar a ese concepto de ser una “adulta funcional”. De hecho, ¿qué significa ser una adulta y funcional?
Lo cierto es, que nos cuentan una historia que nos creemos, nos guían hacia “lo que deberíamos hacer o ser” de una manera automática y apresurada o nos dejan libertad de elección sin presión, vaya a ser que nos frustremos o agobiemos. En el peor de los casos, también hay quien obliga a seguir un único camino.
Yo al menos identifico el estilo educativo parental que viví, algo democrático liberal, con ligera sobreprotección a distancia. Una bomba de incertidumbre y relativa inseguridad que me llevó hasta la búsqueda de figuras de apego que mostraran cariño y seguridad en diversos círculos de amigos y parejas.
Qué potente es conocerse a uno mismo, qué necesario el hablar de patrones, vínculo, necesidades y apegos y una vez más, qué agradecida por haber descubierto ese vocabulario, esos conceptos y esos modelos y terapeutas que han ido guiando mi formación y desarrollo a lo largo de mi vida y en etapas cruciales. Profesores, maestros del Yoga y la meditación, psicólogos, amigos, parejas y familia que han ido yendo y viniendo. Participando activamente en ocasiones con su presencia y dejando vacíos desde la ausencia en otros momentos.
En resumen, he atravesado duelos por separación, mudanzas, rupturas y muertes esperadas y muertes traumáticas. Mi niña interior ha sufrido heridas de abandono y mi yo adulto ha conseguido identificarlas y trabajar de frente desde la compasión y aceptación. También hay asuntos en proceso de mejora.
Volviendo al comienzo de este escrito, y contestando a si hay supermercados en Melilla; Si, hay supermercados, es una ciudad civilizada y está en el norte de África. Si, es una ciudad española. Qué importante es la cultura, el conocimiento y tener acceso a medios de información. Por desgracia, no todo el mundo tiene una red de apoyo o acceso a medios que puedan desarrollar el potencial humano y el conocimiento del lugar en el que vivimos.
De esto precisamente trata mi visión y misión para con del mundo. Considero que es importante compartir lo mejor de uno mismo, desarrollarlo y mejorarlo, siempre y cuando aporte o sume a la población y a generaciones actuales y venideras. Mi punto de partida fue el darme cuenta y toma de consciencia de que algo me chirriaba en algunos momentos del día, durante meses e incluso años. A veces, sentía la necesidad imperiosa de escribir y vomitar de alguna manera todo lo que sentía dentro de mí. Más tarde aprendí que lo que hacía se llama ventilación emocional a través de la narrativa y escritura terapéutica.
Qué maravilla ponerle nombre y significado a lo que hacía. Qué alivio sentía al recolocar de forma consciente herramientas y recursos que no sabía ni que tenía, ni que antes me habían explicado, y qué placer poder tomar el control activo de cuándo y cómo usar esos recursos y habilidades.
Qué sensación de seguridad y tranquilidad sentí al ser consciente y despertar de automatismos, de esquemas mentales, de guiones o patrones aprendidos y aprehendidos. Y sobre todo, qué agradecida estoy de poder haber recorrido mi camino de luces y sombras, de heridas y caricias.
La vida me ha ido llevando por senderos de sanación, descubriendo la ciencia de la psicología, y con ello, tras cada golpe, caída o daño sufrido por las circunstancias y factores internos y externos, también fui encontrando respuestas, soluciones y técnicas para equilibrar mi mente y cuerpo.
De eso se trata mi sentido vital, de conocerme, de experimentar la vida desde las circunstancias que me han tocado vivir y sacarle el mejor de los significados y todo su potencial. Esto que comparto no sólo es mi visión y perspectiva, sin filtros, sino un camino andado desde la ciencia del comportamiento y conducta humana. El compartir recursos y herramientas eficaces para reducir el malestar y aumentar el bienestar emocional. El transmitir un mensaje esperanzador para quien lo necesite y para mi misma en momentos de oscuridad, para que no me vuelva a perder, para encontrarme. El crear espacios para hacer red de soporte, de sostén y apoyo. Para disfrutar y difundir momentos y experiencias bonitas, y para resistir y crecer en la adversidad.
Si has llegado hasta aquí leyendo, ya sabes un poquito más sobre mi. De dónde vengo, cómo me expreso, qué he ido haciendo a rasgos generales como profesional y mi motivación por ser psicóloga y ofrecerte el apoyo que necesites endiversas situaciones vitales, procesos de cambio, crisis, duelos o refuerzo de tus fortalezas.