Mientras los más jóvenes celebran esta fecha disfrazándose y acudiendo a alguna fiesta de Halloween, los mayores se preparan para rendir homenaje a sus difuntosen los cementerios, adornando las tumbas con flores o simplemente visitándolas y recordándolos. Es la forma que la tradición social ha marcado en España para rendir tributo a los seres queridos fallecidos.
Beneficios de los ritos/rituales
Estos rituales ayudan a afrontar la pérdida, son una manera de expresar mediante símbolos, las emociones que sentimos frente al proceso de duelo.
¿A todas las personas les ayuda realizar ritos?
Es posible que algunas personas que hayan perdido a un ser querido recientemente, entren en conflicto sobre qué es lo más adecuado hacer, en cuanto acudir o no al cementerio, por ejemplo. Estas personas deben enfrentarse a un duelo, y no existe una norma establecida de cómo realizarlo correctamente.
Si es cierto, que realizar rituales como acudir al cementerio, encender velas y llevar flores, entre otros, puede ayudar a aliviar las emociones que estén sintiendo en el momento y poder realizar un duelo sano, sin embargo, cada persona debe vivir este día como prefiera y necesite, como más le reconforte.
El duelo y tipos
El duelo es la reacción natural y el proceso de dolor por una pérdida. Este proceso va a depender del enfoque y experiencia previa que tenga la persona, en situaciones de frustración y resolución de problemas (se puede integrar y aceptar de manera positiva como parte de la vida, o no superarse, volverse complicado y poder derivar en un duelo patológico).
¿Qué es un duelo no resuelto o patológico?
Es un proceso de pérdida que no ha evolucionado saludablemente, donde se mantiene una sintomatología dolorosa, puede afectar a nivel académico, laboral o social… Hablamos de duelo patológico si tras un periodo de tiempo de entre 6 y 12 meses se sigue percibiendo la pérdida como dolorosa o se evita aceptarla y se percibe una incapacidad del funcionamiento diario básico, en las relaciones, en la capacidad de concentración y/o memoria, incluso pudiendo llegar a aislarse.
Sabemos que el duelo ha terminado y se ha resuelto, cuando se puede hablar del difunto y recordarlo, sin que afloren sentimientos de tristeza, dolor o rabia., sino que se recuerde con gratitud.
Etapas del duelo
Existen diferentes fases o momentos distinguibles en el proceso del duelo, que se deben vivir para evitar prolongar el dolor en el tiempo, y evitar un duelo no resuelto.
La reacción inicial suele ser la evitación de la pérdida, la negación de lo que ha ocurrido (suele ser las primeras 24 horas y los 2,3 días siguientes).
Una vez se va asimilando que es real, la persona se enfada, busca culpables para descargar su emoción, su ira. Se enfada con Dios o con el mundo por lo sucedido, siente rabia, culpa…
Se puede dar a veces otra fase de negociación, donde se busca algo a los que agarrarse para continuar, junto con una fase de depresión (están presentes emociones como la Tristeza, sensación de vacío, nostalgia…)
En el momento final tiene lugar la aceptación de un nuevo escenario sin el fallecido. Esto implica la integración de la pérdida y la reorganización de la vida cotidiana. Se asume lo ocurrido.
¿De qué depende el afrontamiento de la pérdida?
Para cada persona es diferente la asimilación de la pérdida de un ser querido y la vivencia de cada momento. El afrontamiento tiene que ver con la situación de pérdida, si ha sido repentina o esperada, y los recursos que contemos. Pueden ser recursos como la fe, como las creencias, los rituales, la personalidad, el apoyo social, y capacidades como la tolerancia a la frustración, capacidad de resolución de conflictos, etc.
Es muy frecuente que en los casos donde se pierde a un hijo, se perciba la situación como difícil de superar, mientras que cuando fallece un abuelo o abuela de edad avanzada se percibe de una manera más esperada y normalizada.
Ejercicios recomendables para aliviar emociones e integrar la pérdida de manera saludable
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Es recomendable permitirse expresar las emociones, hablar de la persona fallecida, darse tiempo sin juzgar, ya que las heridas tardan en sanar y es completamente normal que cada persona tenga un ritmo diferente.
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Es terapéutico hablar de lo que sucede, compartir y expresar emociones con familiares y amigos, para canalizar la situación.
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Escribir una carta con lo que le habría gustado decirle o querría compartir, realizar un álbum de fotos o recuerdos, incluso un dibujo con los más pequeños.
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Realizar un gesto simbólico como plantar una planta que le gustara o visitar un lugar pendiente…
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Escribir un diario de gratitud, para dar un giro a la pena, enfocándose en lo positivo de haber compartido la vida con esa persona, aprendizajes, experiencias, recuerdos…
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Realizar un plan de actividades placenteras de 5 cosas al día (aunque sean sencillas como oler la fragancia de una flor, dar un paseo, leer, darse un baño relajante…) y así facilitar el tránsito a la vida cotidiana.
Recordar que Siempre que esté presente en nuestro recuerdo, esa persona nos acompañará de por vida.
Te animo a que practiques alguno de estos ejercicios. En caso de sentir que tu proceso de duelo no está siendo fácil, estamos en VEB Psicología, para ayudarte, no dudes en ponerte en contacto.
Noelia Martínez – Psicóloga y Coach
“Hagamos la vida más bonita”